REFRANES SOBRE BOTICARIOS

Boticario joven, médico viejo.
Boticario pobre, nuevo doctor.
Cirujano joven, viejo el doctor, rico el boticario.
Cirujano mozo, boticario rico, viejo el doctor, esto es lo mejor.
El buen boticario cuatro «ces» ha de tener: ciencia, conciencia, capital y cojera.
El médico, mozo y el boticario, cojo.
La mujer y el boticario, cojos entrambos.
Médico viejo, barbero mozo y boticario rico.
Médico viejo, cirujano joven y boticario cojo.
Médico, cura y boticario, de edad; barbero, con mocedad.
Mucho al público valiera, que todo boticario cojo fuera.
No te fíes de alquimista pobre ni de médico enfermo.

El refranero considera que el boticario debe ser rico para que la botica esté bien surtida y cojo para que siempre esté en la botica.

Aceite y romero frito, bálsamo bendito.
Almirez de boticario, el eco en el campanario.
Con un pozo y un malvar, boticario de un lugar.
Curar a todos con un mismo ungüento es loco pensamiento.
El farmacéutico de ahora y el boticario de antes, el primero es científico y el segundo del mortero machacante.
En casa del boticario, tilos.
En casa del boticario, todo son mejunjes y herbolarios.
En habiendo vino, aceite y manteca de cerdo, media botica tenemos.
La hierba conocida, esa aplica a tu herida.

Refranes referidos a los inicios de la farmacia, cuando se preparaban de forma manual los remedios, usando productos naturales.

Donde muchas cosas hay, de todo hay; buenas y malas, grandes y chicas; de todo como en botica.
Hay de todo como en botica.
La alegría es gran medicina, pero no se vende en la botica.
La botica no tiene mala mercaduría.

En las farmacias se podían encontrar multitud de productos, necesarios para la preparación de las medicinas, aunque es imposible encontrar de todo en la botica.

Llegando la muerte, ya no hay medicina ni en la huerta, ni en libro, ni en ninguna botica.
Mal hereditario, del médico se burla y del boticario.
No hay mal que cien años dure, ni medico que lo cure, ni medicina en botica.
Para la muerte, no tiene papelillos el boticario.
Si esta víbora te pica, no hay remedio de botica.
Si la víbora te pica, no hay remedio en la botica.

Si la enfermedad es grave no hallaremos remedio en la botica.

Boticario sin botica, nada significa.
Escribano sin escribanía y boticario sin botica, nada significan.

Antiguamente, la única salida profesional del farmacéutico era abrir una oficina de farmacia.

¿Quiénes van a las boticas? Por cada persona pobre, tres ricas.
Cuando el doliente va a las boticas, una persona pobre y dos ricas.
Cuando van a las boticas, una persona pobre y dos ricas.
En la cuenta del boticario, por más que se quite y requite, siempre nos gana el envite.
Los precios de la farmacia, no hacen gracia.
Más le vale al gotoso enriquecer al zapatero que al boticario.
Médicos, boticarios y albéitares, los mayores tragaduros de los lugares.
Recetas del médico o del veterinario, ganancia para el boticario.
Trabaja el médico las recetas y el boticario lucra las pesetas.

La profesión de boticario siempre fue considerada muy lucrativa. El refranero afirma que las medicinas son caras y que tanto el médico como el farmacéutico son ricos y los enfermos pobres. El albéitar es el veterinario.

Boticarios y galenos, no toman medicinas cuando están enfermos.
Boticarios y médicos no toman medicinas cuando caen enfermos.
De la farmacia venderás, pero ni una sola cosa tomarás.
Dice el boticario, cuando esté enfermo, no entre en mi cuerpo ningún medicamento.
En cama el boticario, dice a su hija: «No me des cosa alguna de la botica».
En la fragua, no tocar; y en la botica, no probar.
Lo mejor de la medicina es usar muy poco de ella.
Ni en la fragua tientes, ni en la botica lamas.

Refranes alusivos a lo poco que le gusta a la gente tomar medicinas, tanto es así que los propios farmacéuticos y médicos no las toman cuando están enfermos.

Come y bebe con mesura, y desafía al boticario.
Dinero de maldición, el que va a la botica y no al bodegón.
El que una manzana come a diario, pocas visitas hará al boticario.
El vino, en la botica.
En Jerez de la Frontera, tienen por botica las bodegas.
Ida por ida, ir por ir, más vale a la taberna que a la botica.
La mejor oficina es la cocina.
Más vale gastar en la taberna que en la botica.
Más vale gastar en pan que en botica.
Más vale ir por bebida a la taberna que a la botica.
Toma después de la sopa un buen trago, y ríete de médicos y boticarios.

El refranero defiende la comida y, sobre todo, la bebida, frente a las medicinas de la botica.

Boticario que equivoca el tarro, manda al enfermo a mascar barro.
De «etcétera» de escribano y «quid pro quo» de boticario, líbreme Dios o el diablo.
Dios te guarde de párrafo de legista, de «infra» de canonista, de «quid pro quod» de boticario y de «etcétera» de notario.
Dios te libre de «quids pro quods» de boticarios y de «etcéteras» de notarios.
En quitando el «quid pro quo», la farmacia desmayó.
Farmacéutico que equivoca la receta, puede enviar al enfermo a la cuneta.
Más matan las recetas que las escopetas.
Un «quid pro quo» a muchos mató.
Un «quid pro quo» del boticario, echa a un hombre al otro barrio.

Refranes referidos a errores de boticarios. La expresión latina «quid pro quo» significa literalmente «algo a cambio de algo» y en estos refranes se refiere a confundir una cosa con otra, dispensando un medicamento equivocado.

A letra de médico, ojo de boticario.
Era tan clara la letra de aquel médico, que el farmacéutico no la entendía.

La letra ininteligible del médico es una tradición.

Boticario que se casa, tiene mujer y manceba sin costarle nada.
La mujer del boticario, manceba sin salario.

Refranes que hacen referencia a la esposa del boticario.

¡Ay! en la botica lo hay.
De dos no hay que fiar, de médico indocto y de alquimista roto.
De médico indocto ni de alquimista loco, no fíes ni mucho ni poco.
Del cura, lo que diga; del médico, lo que haga; y del boticario, ni lo que diga ni lo que haga.
Donde no hay boticarios ni médicos, los hombres se mueren de viejos.
Haragán y consejero, médico y especiero.
La mujer, el perro, el médico y el boticario, son cuatro males necesarios.
No hay como estar sano para hablar de boticarios, médicos y cirujanos.
Sin manos de boticarios, viviríamos doscientos años.
Ten listo el sudario si has de ponerte en manos de médico o boticario.

El refranero arremete contra los médicos y los boticarios.

Boticario canario, garras de alambre, le cae una teja y no le hace sangre.
Buena gente lleva mi carro, una puta y un boticario.
Cagando duro y meando claro, me cago en el médico y en el boticario.
Como el boticario de Olot, cuando no puede vender las medicinas se las bebe.
Como pedrada en ojo de boticario.
Cuando al médico va a buscar, al boticario van a llevar.
Dice el boticario, llamada deprisa y urgente, mulo doliente; llamada calmosa, niño cerca de la fosa.
El boticario es la llave del médico, y el escribano, la del pleito.
Encaja como pedrada en ojo de boticario.
Enseñar mancebo no lo apruebo.
La botica abierta y el boticario en la puerta.
Mea claro, y cagajón para médicos y boticarios.
Mea tieso y claro, y cagajón para médicos y boticarios.
Mea claro y una higa para el médico y dos para el boticario.
Médico por Cádiz, boticario por Santiago y abogado por Granada, total nada.
Puesto muy de mañana, botica cercana.
Si el enfermo caga ralo, una higa para el boticario.
Si no tienes sol en el balcón, muy a menudo recibirás visitas en casa, el boticario o el doctor.
Todo el mundo es boticario, y sin redomas.